Desde que La Pana acaba en Durango, “La Joya de la Corona”, como bien le han nombrado, es El Espinazo del Diablo. Enmarcado por una serie de barrancas y voladeros que bordean frondosos bosques de pinos y con una acceso por “la puerta grande” como lo es el imponente “Puente El Baluarte”
La etapa más larga de La Carrera, seis cientos treinta kilómetros totales en el día, de los cuales ciento doce son tramos de velocidad, divididos en siete secciones cronometradas.
La etapa nueve de la jornada es el “Espinazo del Diablo” con casi más de 34 kilómetros de curvas que superan hasta en tres ocasiones los 3,000 metros de altura sobre el nivel medio del mar, convirtiéndola en una de las secciones mas esperadas, largas y espectaculares de toda la carrera.
Hilaire y Laura Damiron aseguran el primer lugar del podio, recortando la ventaja que les llevan Cordero y Hernández. Cándano logra colarse en el tercer puesto absoluto del día en lo que fue sin duda, una de sus mejores etapas. En Sport Mayor, dos de los coches mas espectaculares en esta edición: un Ford GT40 y un Studebaker Hot Rod de 1934, en donde Flores regresa a la primera posición en un duelo muy cerrado con Beto Jiménez y Jimmy Zapata. Los Minis, al final del contingente, son todo un espectáculo, al igual que el Vocho más popular y querido de La Pana, el de Ramón Osorio y Adiel Gamboa.
Espinazo del Diablo
Arco de llegada y premiación

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